9 sept 2011

Algo más de Niamey

Esta ciudad es bastante amplia y para trasladarse que mejor y único transporte que el taxi compartido. Los trayectos cortos a 200cfa y los más largos a 400cfa, pero eso depende mucho de la voracidad de algunos taxistas sin escrúpulos, siempre al acecho de ganar más.
La primera salida la hice para obtener el visado de entrada a Mali, que si las cosas van como las he planeado será mi próximo país a visitar. El taxi al que subí llevaba un pasajero y le pedí que me llevara hasta el siguiente cruce desde donde me dirigiría a pié hasta el consulado. Me dijo que era algo alejado y que tras dejar al pasajero me alcanzaría hasta allá. No me pareció mala idea. De suerte que conocía perfectamente el lugar, bastante entremetido entre callejuelas de tierra. Repetía constantemente que era algo alejado y durante el trayecto pensaba que me iba a sablear. Al llegar sólo me cobró 400cfa por lo que salí muy contento de mi primera incursión entre taxis compartidos.
Ya en el consulado todo fue buen trato y rapidez. Lo hacen de un día para otro, pero parece que les caí bien y en 15min ya tenía sellada la entrada múltiple y para 2 meses (20.000cfa). Perfecto. Eran las 11 y ya sólo me quedaba dirigirme a la estación de Yantala para subir a un minibus o taxi-brousse (700cfa, pero por guiri me cobraron 900cfa) y visitar Boubon, a 25kms, ya que los miércoles es su día semanal de Mercado.
En algo mas de media hora llegamos a esa singular "Village" de casitas de adobe a orilla del río Niger. Como en otros mercados que he visitado, es mas de lo mismo: cantidad de cabras, vacas y toros, ropas usadas y muy baratas, cacharros de todo tipo, verduras, hortalizas, especias, barbacoas de carnes con pinchitos, y lo que distingue a este poblado: lo cuencos de barro pintados.
Nada mas llegar, y como turista, fui "blanco perfecto" para los buscavidas que quieren hacer de guía en su propio pueblo. Y por mucho que le dijera que no hacía falta, no sirvió de nada. Tenía dos pegados a mí hablando e indicando lo que me iba encontrando. No tuve mas remedio que aceptar a uno como tal e intervenir en sus comentarios y de paso me serviría para tomar algunas fotos sin problemas y que no se me pegara nadie más. Me insistía en el clásico paseo en canoa que hacen todos los guiris que hasta aquí llegan en grupos turísticos, aunque mi verdadera intención era regresar a Niamey por el río pero no debía hablarle de ello para que no me doblara el precio normal. Al final, como el que no quería la cosa le pregunté por los precios que pagaban los turistas cuando venían a hacer los paseos y decía que bajar a la capital podría costar 25.000cfa. Pero yo sabía que por 10.000cfa se podía hacer. Y con un poco de regateo lo conseguí. Al atardecer, dos horas y media de tranquilo trayecto pasando entre grupos de pequeños Rinocerontes, diferentes tipos de aves, verdísima vegetación, poblados a orillas donde los paisanos lavaban o se bañaban...
Al siguiente día todo cambiaría en mis primeros días de viaje: se me cae la cartera dentro de un taxi en uno de los trayectos por la ciudad. Algo de dinero recién cambiado en el banco y la tarjeta Visa imprescindible en África para sacar dinero de los cajeros. Tan solo me queda la Master C. que casi ningún banco trabaja con ella. Al final, tras mucho caminar encontré uno que me lo daba pagando 10.000cfa de comisión. No tenía otra opción. He sacado lo que he creído oportuno para gastar en este país, y si no logro más dinero tendré que concluir antes de tiempo. De momento, para un mes tengo si no se me sube el presupuesto aun más. Ya me veo comiendo todos los días en los puestos callejeros arroz con judías o con salsa. O la Pâte con salsa (muy parecido al foufoú).
Me quedaré algunos días más en la capi, pateando, a pesar del asombroso calor que esta haciendo estos días -ha llovido con muchísima fuerza algunos atardeceres- toda las partes mas concurridas entre la Gran Mezquita, una preciosa construcción, sobretodo su interior con 16 ornamentados pilares al igual que la bóveda y un enorme minarete, el Petit y el Grand Marché, unos lugares muy característicos en todo los países que he visitado ya que el enorme movimiento de todo tipo de gente haciendo sus compras diarias es muy llamativo -y agobiante- entre la inmensa cantidad de puestos callejeros de todo tipo de mercadería, los intensos olores, el polvo que flota continuamente en el aire, las prisas, el tráfico sin control alguno, todo ello es un auténtico asalto a los sentidos; el Museo Nacional, un recinto amplio con varias instalaciones de exposiciones, donde destaca de manera sorprendente la del esqueleto del cocodrilo posiblemente mas grande del planeta: casi 15mt. del que solo queda un resto de su cabeza, de casi 1,60mt, prueba clara que antes en esta zona había muchísima agua, y varios esqueletos de dinosaurios de los que se encuentran esparcidos por el desierto del Teneré, testigo de la vida desde hace millones de años y que la arena a conseguido mantener en buenas condiciones. El resto de las exposiciones contienen los diferentes vestidos tradicionales de las comunidades, restos arqueológicos, instrumentos de caza, pesca, agrarios, o las extracciones de Uranio.Y lo más lamentable, las jaulas de diferentes animales en pésimas condiciones.
No es fácil pasear a pie, ni en coche. El absoluto descontrol, las altas velocidades de muchos taxistas desafiando el riesgo de atropello o colisión, la falta de respeto con el viandante -y eso que el africano es muy considerado y respetuoso con los demás, a excepción de muchísimos funcionarios del gobierno y algunos estúpidos empleados de banca-.