30 nov 2010
El bosque de los Monos Sagrados
Cuenta la leyenda que los primeros pobladores que emigraron a Tafi Atome, hace más de 2 siglos trajeron consigo sus fetiches tradicionales para monos y tortugas (animales sagrados en la mitología de esta gente). Durante mucho tiempo esta tradición protegía a los primates por la creencia de ser portavoces entre las tortugas y el hombre, y ser mensajeros de los dioses.
Tras la llegada de la cristiandad a la zona, la gente perdió ese respeto debido a la erosión de sus creencias tradicionales. Los nuevos creyentes que vinieron "a educar" convencieron a los habitantes de que esos animales no eran sagrados y no representaban realmente lo que eran, comenzando entonces con el paso del tiempo, a perder el respeto y el amor a los monos, e incluso llegaron a casi aniquilarlos al comérselos.
De esa manera empezaron también a destruir paulatinamente el bosque (también sagrado) en busca de madera para las casas y tierras cultivables, Pero en la actualidad gracias a las nuevas influencias, positivas, de las organizaciones de ayudas al desarrollo e instituciones públicas, entre todos han reconocido el potencial valor de esta especie en peligro de extinción para propósitos turísticos creando, así, un santuario en 1993. Desde entonces, tanto los animales como el bosque en donde viven, están nuevamente bajo protección.
Tafi Atome es un pequeño poblado de casi 2.000 habitantes, divididos en varias comunidades, rodeado de un bosque tropical con alta concentración floral y puede ser descrita como un modelo base comunitario de protección multiecológica.
Lo que me ha traído hasta aquí es poder vivir medio en el bosque y medio en un poblado tradicional.
Hay que presentarse en la oficina de visitas para acceder a una de las habitaciones que tienen preparadas para albergar a quienes quieren pasar algunos días integrados en esta comunidad y para realizar algún paseo por los senderos que tienen habilitados para poder observar a los primates (Monos Mona) que viven entre la espesa arboleda del bosque divididos en cinco grupos, algunos de hasta 70 individuos con sus jefes a la cabeza. Se puede llegar a contar hasta 200 en las caminatas tanto matutina como al atardecer, cuando se les ve merodear por el pueblo o saltando sobre los tejados de las casas. Se realizan igualmente rutas de bicicleta o visitas a plantaciones tradicionales de hierbas medicinales.
Me he llevado muy buena impresión de esta gente ya que son mucho más abierta con los obrunis (blancos) que en otros lugares. He comido en sus casas (desayuno + cena, 5cd, aunque muy cutre) y charlado con muchos de los jóvenes que viven aquí. Trabajan algo más apartados del bosque, en granjas donde cultivan Casava, Plátanos, Tomates, Col, Aceite de Palma...
Mucha gente joven habla inglés y es ideal para la introducción en la característica vida de pueblo.
Se realiza un Tour a las 6 de la mañana y otro al atardecer, aunque no lo consider auténtico porque se limita a caminar durante una hora alrededor del bosque para llegar a una zona donde son llamados para que bajen y cojan las bananas en las mismas manos. Son muy tímidos y huidizos. Algunos llegan a subirse al brazo para poderlas coger mejor. Incluso a la de los turistas.
Aquí no hay más animales que éstos, y se puede también llegar a oír cantar innumerables aves que habitan en él.
Al anochecer, el sonido de los insectos del bosque es asombroso y se puede dormir con las ventanas abiertas ya que tienen malla para que no entren los mosquitos, aunque hay muy pocos. De todas formas Ghana está considerada como zona de riesgo por Malaria. Algo que no me preocupa mucho porque me protejo constantemente con aceites e intento, en lo que puedo, no tener parte del cuerpo al descubierto.
Tras la llegada de la cristiandad a la zona, la gente perdió ese respeto debido a la erosión de sus creencias tradicionales. Los nuevos creyentes que vinieron "a educar" convencieron a los habitantes de que esos animales no eran sagrados y no representaban realmente lo que eran, comenzando entonces con el paso del tiempo, a perder el respeto y el amor a los monos, e incluso llegaron a casi aniquilarlos al comérselos.
De esa manera empezaron también a destruir paulatinamente el bosque (también sagrado) en busca de madera para las casas y tierras cultivables, Pero en la actualidad gracias a las nuevas influencias, positivas, de las organizaciones de ayudas al desarrollo e instituciones públicas, entre todos han reconocido el potencial valor de esta especie en peligro de extinción para propósitos turísticos creando, así, un santuario en 1993. Desde entonces, tanto los animales como el bosque en donde viven, están nuevamente bajo protección.
Tafi Atome es un pequeño poblado de casi 2.000 habitantes, divididos en varias comunidades, rodeado de un bosque tropical con alta concentración floral y puede ser descrita como un modelo base comunitario de protección multiecológica.
Lo que me ha traído hasta aquí es poder vivir medio en el bosque y medio en un poblado tradicional.
Hay que presentarse en la oficina de visitas para acceder a una de las habitaciones que tienen preparadas para albergar a quienes quieren pasar algunos días integrados en esta comunidad y para realizar algún paseo por los senderos que tienen habilitados para poder observar a los primates (Monos Mona) que viven entre la espesa arboleda del bosque divididos en cinco grupos, algunos de hasta 70 individuos con sus jefes a la cabeza. Se puede llegar a contar hasta 200 en las caminatas tanto matutina como al atardecer, cuando se les ve merodear por el pueblo o saltando sobre los tejados de las casas. Se realizan igualmente rutas de bicicleta o visitas a plantaciones tradicionales de hierbas medicinales.
Me he llevado muy buena impresión de esta gente ya que son mucho más abierta con los obrunis (blancos) que en otros lugares. He comido en sus casas (desayuno + cena, 5cd, aunque muy cutre) y charlado con muchos de los jóvenes que viven aquí. Trabajan algo más apartados del bosque, en granjas donde cultivan Casava, Plátanos, Tomates, Col, Aceite de Palma...
Mucha gente joven habla inglés y es ideal para la introducción en la característica vida de pueblo.
Se realiza un Tour a las 6 de la mañana y otro al atardecer, aunque no lo consider auténtico porque se limita a caminar durante una hora alrededor del bosque para llegar a una zona donde son llamados para que bajen y cojan las bananas en las mismas manos. Son muy tímidos y huidizos. Algunos llegan a subirse al brazo para poderlas coger mejor. Incluso a la de los turistas.
Aquí no hay más animales que éstos, y se puede también llegar a oír cantar innumerables aves que habitan en él.
Al anochecer, el sonido de los insectos del bosque es asombroso y se puede dormir con las ventanas abiertas ya que tienen malla para que no entren los mosquitos, aunque hay muy pocos. De todas formas Ghana está considerada como zona de riesgo por Malaria. Algo que no me preocupa mucho porque me protejo constantemente con aceites e intento, en lo que puedo, no tener parte del cuerpo al descubierto.
26 nov 2010
Subiendo alturas
Una vez dejado definitivamente la costa me he dirigido a la zona más alta del país. Me encuentro en Hohoe, a mitad del territorio de nuevo, pero por el Este, donde intentaré cruzar el Lago Volta para volver otra vez a Kumasi y continuar dirección Norte.
El moverme en trotró, esta vez, fue mucho más sencillo, pues sólo tuve que dirigirme nuevamente al cruce con la carretera principal, subirme en otro que se dirigía hacia un pueblo intermedio (Sogakope) y esperar media hora a que se llenara otro y saliera en esta dirección. La carretera (secundaria) fue de lo más bacheada y polvorienta de todas las que he transitado. Incluso pinchamos rueda en medio de ningún sitio, bajo un solajero insoportable.
Al ser gente muy pobre no tienen medios económicos para cambiar las ruedas viejas por lo que están todas muy lisas, deterioradas o recauchutadas.
Mi intención ha sido realizar algunos trecks de montaña y visitar varias cascadas bastante interesantes.
Tras descansar algo en el hotel Grand, donde me estoy quedando (20cd, han subido los precios exageradamente para la mierda de sitio que es), me di una vuelta por el mercado ya que es un sitio bastante singular pues cuando no es día de mercado hay muy pocos puestos abiertos y cientos de enormes buitres rodeando la zona en busca de porciones tiradas. Hay una colonia un poco más al norte que, aunque vi pocos, estaban todos posados sobre las ramas de algunas palmeras, al borde de la carretera.
Mi primera incursión fue ayer a la cascada del poblado Wli, (Aglumatsa Falls) a 20km dirección E, y 30min de trotró, casi haciendo frontera con Togo. Es, quizás, la atracción mas turística de esta zona y consiste en una sucesión de dos caídas de agua, aunque no muy voluminosas sí bastante espectacular principalmente por la manera que se accede a ellas.
A la más baja, de unos 60mt de caída, se llega atravesando un sendero que se interna en el espeso bosque de enormes árboles y cruzando el riachuelo en 9 ocasiones, sobre robustos puentes de troncos, hasta llegar a la base donde la fuerza del agua y el tiempo ha formado una pequeña piscina. En sus acantilados cuelgan cientos de murciélagos comedores de frutas, que se encuentran protegidos, y se puede llegar a ver miles de mariposas de todos los colores y formas. Con mucha suerte, que no la tuve, pueden aparecer algunos monos de los que se hallan viviendo en el interior del bosque. La pena es que ésta gente los cazan para comérselos, por eso es muy difícil tropezarse con alguno.
Y a través de un sinuoso y muy empinado sendero, y dos horas de tremendo esfuerzo, se alcanza la más alta, de unos 50mt, a casi 400mt de altura. Hay que pagar un acceso (9cd) en el Centro de Visitas (Agumatsa Wildlife Sanctuary) mas un guía (3cd) obligatoriamente para poder llegar a esta última.
Hoy subí, junto al guía asignado que aunque no es necesario si obligatorio, al monte Afadjato (880mt), el más alto de Ghana, en el poblado Gbledi, que se encuentra a varias horas de bacheada carretera de tierra. Una ascensión que se hace en una ardorosa hora para obtener, en días claros, una panorámica espectacular sobre el Lago Volta, el bosque y los diferentes pequeños poblados de los alrededores. Lamentablemente, la persistente calima que procede del desierto (harmattan) y que continúa flotando estos últimos días, me dejó sin poder ver parte de ella. El mejor momento para acceder es ir temprano ya que por las tardes muchos locales se acercan a pasar el día y suele estar muy concurrido y bullicioso.
El guía durante la caminata me fue explicando las cualidades de algunas plantas locales medicinales.
También pude llegar hasta la cascada Tagbo, a la que se accede a través del pueblo Liate Wote, (15min. caminando desde la base del monte), en una hora de hermosísimo sendero atravesando también en varias ocasiones el riachuelo mediante pequeños puentes de madera. En ambos hay que pagar la correspondiente tasa de paso que supuestamente es para la conservación del entorno y dar trabajo a las comunidades que viven en los alrededores y enseñarles todos los aspectos del mismo.
El moverme en trotró, esta vez, fue mucho más sencillo, pues sólo tuve que dirigirme nuevamente al cruce con la carretera principal, subirme en otro que se dirigía hacia un pueblo intermedio (Sogakope) y esperar media hora a que se llenara otro y saliera en esta dirección. La carretera (secundaria) fue de lo más bacheada y polvorienta de todas las que he transitado. Incluso pinchamos rueda en medio de ningún sitio, bajo un solajero insoportable.
Al ser gente muy pobre no tienen medios económicos para cambiar las ruedas viejas por lo que están todas muy lisas, deterioradas o recauchutadas.
Mi intención ha sido realizar algunos trecks de montaña y visitar varias cascadas bastante interesantes.
Tras descansar algo en el hotel Grand, donde me estoy quedando (20cd, han subido los precios exageradamente para la mierda de sitio que es), me di una vuelta por el mercado ya que es un sitio bastante singular pues cuando no es día de mercado hay muy pocos puestos abiertos y cientos de enormes buitres rodeando la zona en busca de porciones tiradas. Hay una colonia un poco más al norte que, aunque vi pocos, estaban todos posados sobre las ramas de algunas palmeras, al borde de la carretera.
Mi primera incursión fue ayer a la cascada del poblado Wli, (Aglumatsa Falls) a 20km dirección E, y 30min de trotró, casi haciendo frontera con Togo. Es, quizás, la atracción mas turística de esta zona y consiste en una sucesión de dos caídas de agua, aunque no muy voluminosas sí bastante espectacular principalmente por la manera que se accede a ellas.
A la más baja, de unos 60mt de caída, se llega atravesando un sendero que se interna en el espeso bosque de enormes árboles y cruzando el riachuelo en 9 ocasiones, sobre robustos puentes de troncos, hasta llegar a la base donde la fuerza del agua y el tiempo ha formado una pequeña piscina. En sus acantilados cuelgan cientos de murciélagos comedores de frutas, que se encuentran protegidos, y se puede llegar a ver miles de mariposas de todos los colores y formas. Con mucha suerte, que no la tuve, pueden aparecer algunos monos de los que se hallan viviendo en el interior del bosque. La pena es que ésta gente los cazan para comérselos, por eso es muy difícil tropezarse con alguno.
Y a través de un sinuoso y muy empinado sendero, y dos horas de tremendo esfuerzo, se alcanza la más alta, de unos 50mt, a casi 400mt de altura. Hay que pagar un acceso (9cd) en el Centro de Visitas (Agumatsa Wildlife Sanctuary) mas un guía (3cd) obligatoriamente para poder llegar a esta última.
Hoy subí, junto al guía asignado que aunque no es necesario si obligatorio, al monte Afadjato (880mt), el más alto de Ghana, en el poblado Gbledi, que se encuentra a varias horas de bacheada carretera de tierra. Una ascensión que se hace en una ardorosa hora para obtener, en días claros, una panorámica espectacular sobre el Lago Volta, el bosque y los diferentes pequeños poblados de los alrededores. Lamentablemente, la persistente calima que procede del desierto (harmattan) y que continúa flotando estos últimos días, me dejó sin poder ver parte de ella. El mejor momento para acceder es ir temprano ya que por las tardes muchos locales se acercan a pasar el día y suele estar muy concurrido y bullicioso.
El guía durante la caminata me fue explicando las cualidades de algunas plantas locales medicinales.
También pude llegar hasta la cascada Tagbo, a la que se accede a través del pueblo Liate Wote, (15min. caminando desde la base del monte), en una hora de hermosísimo sendero atravesando también en varias ocasiones el riachuelo mediante pequeños puentes de madera. En ambos hay que pagar la correspondiente tasa de paso que supuestamente es para la conservación del entorno y dar trabajo a las comunidades que viven en los alrededores y enseñarles todos los aspectos del mismo.
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