17 nov 2010

Viviendo en un poblado sobre el lago

Me he quedado algunos días más en el Oasis B.R. para ver que tal se desarrollan las famosas fiestas que, según dicen, se montan aquí los fines de semanas. Pero sólo habían pseudos-Rastas "colgaeras y charlatanes", algunos vecinos y varios grupos de cooperantes que trabajan en Accra, que vienen a pasar el fin de semana y son quienes, casi siempre, abarrotan todo, llegando a ocupar los mejores lugares de playa. Por eso hay que hacer reservas con antelación en los sitios más conocidos.
Otras de mis visitas iba a ser el Parque Nacional Kakum que destaca por comprender un bosque o selva húmeda con gran diversidad en especies arbóreas, denso sotobosque y distintos niveles de vegetación: desde musgos, mohos y hongos hasta árboles que pueden superar los 30mt, aves y cantidad de animales salvajes. Con mucha suerte, desde muy cerca se puede llegar a observar elefantes bebiendo en los charcos. Pero algo que lo ha hecho muy turístico ha sido la instalación de varios tramos de puentes colgantes, a 30mt, con unas extraordinarias vistas "de pájaro" o "de mono" sobre la densa selva. Sin embargo, las tres veces que he intentado ir ha llovido o por la noche -los relámpagos sobre mi cabeza fueron monumentales mientras cenaba en un restaurante local, muy cerca del fuerte- o por las mañanas de otros días -preparándome para ir-, haciendo los senderos intransitables debido a tanta agua caída. No quería verme enfangado y sin poder disfrutar del entorno con tranquilidad. Lástima, pues ya he pasado demasiados días aquí y debo continuar mi viaje. Ya volveré a visitar otro parque (Mole) más al norte del país, dentro de unas semanas.
El siguiente paso ha sido llegar hasta un poblado flotante, dirección oeste, muy cerca de la frontera con Costa de Marfil llamado Nzulezo (Aka Nzulezo) que está situado sobre en el lago Amansuri, a 5km de Beyin, donde habita una comunidad de algo más de 400 habitantes. Es una sólida construcción de casas de madera sujetas por pilares, también de madera, anclados en el fondo. Un largo corredor central de unos 200mt acoge a cada lado una veintena de casas, varios bares, tienditas, dos escuelas y tres iglesias. Hay que solicitar permiso en el G.W.S. (Ghana Wildlife Society) quienes han desarrollado un proyecto para el sostenimiento y desarrollo de la laguna y la atracción ecoturística (10Cd cuesta la visita/7Cd para estudiantes). Y la mitad de esa suntuosa atracción es el recorrido en sí, en canoa, hasta el poblado (10C por el Tour), yendo todo el dinero a las 6 comunidades que habitan alrededor del lago: Baria (500 hab.), Nubba (600hab.), Tikoba (1000hab.), New Nzulezo (500hab.) y Mainyina (200hab.).
Si el salir de Beyin en canoa adentrándose por un estrecho pasaje que forma la exuberante jungla húmeda de matorrales de rafia de palma en el pantano, hasta que se introduce completamente en el lago es una gozada, la llegada a esta aislada y lejana aldea (una hora paleando) es aún más espectacular. Está considerada como "la Venecia de Ghana". La cantidad de casitas juntas de bambú y rafia cubriendo el tejado, el tránsito de la gente en sus canoas, los gritos de los chiquillos jugando en el agua, la absoluta tranquilidad del entorno y las luces del amanecer o atardecer, hace que el lugar sea absolutamente mágico. Cantidad de aves locales habitan en los bosques: Gansos enanos, Jacanas africanas, Garzas cangrejeras púrpuras, Kingfishers, coloridos comedores de abejas de hermosos colores... y que los amantes de los mismos podrían estar horas y horas flipando con los sonidos y las vistas.
Al arribaje nos llevaron a la "Casa de Visitas", una edificación abierta, sin pared, de madera y rafia en el techo sobre chapa ondulada ,y allí nos recibió el hijo del jefe del poblado. Por 7Cd o una botella de Schnapp (bebida alcohólica local) nos contaba la historia y leyenda del mismo.
Según pude entender, dice la tradición que sus ancestros emigraron hace varios siglos desde Walata, una localidad que pertenecía al antiguo Imperio de Ghana (actual Mali), que había caído en 1250 tras una sangrienta batalla tribal. Un grupo que pudo escapar siguiendo a un espíritu transformado en un enorme caracol los aconsejó y guió hasta este seguro lugar. Es por lo que tienen junto a sus casas una pequeña choza de bambú donde se encuentra una representación del mismo al que ofrendar muy en especiales ocasiones. Aunque son cristianos presbiterianos, han adaptado ritos animistas.
Al amanecer, todos parten a las plantaciones de cacao, casava, bananas... que se encuentra a 1km, en la otra orilla. Y llama la atención que muy pocos sean pescadores. Los más jóvenes se dirigen a la escuela. Sólo quedan en el poblado algunas mujeres, los mayores y los pequeños que van a las dos escuelas que ahí mismo se encuentran. No hay luz, ni agua corriente. Todo se coge directamente del lago. Un agua que es de color té, pues la cantidad de plancton que proviene de la jungla lo transforma de este color. Ellos beben este agua con toda tranquilidad, y yo, por el contrario, he preferido beber el agua en bolsitas plásticas, que aquí cuesta 0'10cd.
Las pequeñas cocinas se encuentran en el interior de las casas y están construidas de adobe en forma cilíndrica que permiten apoyar sobre ellas las cacerolas. Debajo ponen los trozos de leña. El calor, por lo tanto, queda mejor retenido y así se utiliza menos combustible.
Hay un generador de corriente que lo ponen de vez en cuando para enfriar las bebidas y los días de partido de fútbol, al que son muy aficionados. Y si quieren jugar a la pelota deben remar una hora hasta los terrenos secos de otro poblado a varios kilómetros, pues no hay explanada para ello.
Hay gente que se bota por el suelo del pasillo para descansar a la sombra durante el día, y muchos lo hacen durante las noches de mucho calor. Otros trabajan haciendo embarcaciones de madera que sacan directamente de un tronco de árbol.
La comida la he encargado a la familia que me ha acogido en su casa para huéspedes ya que también tienen un bar donde la gente acude para ver los partidos o jugar a las cartas y otros pasatiempos. Las mujeres pasan horas trabajándose las trenzas unas a otras.
Mi habitación se encuentra separada del pasillo principal por un pequeño corredor algo más al interior del lago. 10cd de una cama o 15cd la doble.
Todas las mañanas, a las 5 en punto, el sonido de silbatos avisa en general a todos, pero en sí a los pequeños que es hora de ir a la escuela, sumándose muchos a una fila que al trote ayuda a despertar y hacer deporte. Y en una hora todos se ponen en movimiento. Varias decenas de piraguas, casi al mismo tiempo, parten hacia sus correspondientes destinos, ya sea para ir al mercado o a trabajar.
Al atardecer se puede observar a los niños jugueteando en sus canoas, y algunos otros, aún con su traje de la escuela, haciendo la pesca en las calmadas y canelas aguas.