He querido hacer una "parada técnica'' nuevamente en Kumasi para poder ordenar mi documentación de viaje y mis próximos destinos. Aprovechando que hay un Cyber que tiene aire acondicionado, me relajo "tecleando" a medio día, en él, para evitar el fortísimo calor de la calle.Y decididamente salgo al siguiente día hacia en Norte.
Para no hacerlo muy tedioso, he realizado unas visitas aprovechando que hay varios pueblos con algunas cosillas interesantes que ver. Así que, la primera parada que me propuse casi obligatoria ha sido quedarme un día en Techiman para comer en su muy conocido dinner-market, aunque nada que ver con aquellos de Kuta, Chang Mai, Kota Bharu o Marrakech famosos por sus innumerables puestos culinarios.
Durante el día la ajetreada estación de trotrós, bus y taxis situada en el mercado, en medio de cantidad de puestos de comida y bebida, es un continuo movimiento de gente y vehículos de todo tipo que viajan hasta los lugares mas apartados de esta zona del país. Y por la noche, multitud de puestos ambulantes se incorporan diseminados por toda la larga calle principal. Destacan las barbacoas de pescado con muy buena pinta y olores, Ñame frito cortado a trozos, Arroz frito, Jollof, Pinchitos de Pollo... y salsas de varios tipos.
Ya se comienzan a ver multitud de mezquitas y oír los continuas llamadas -"5"- a la oración a través de sus megafonías. Aquí más del 90% de la población es musulmana.
A la 7 de la manana salía en la guagua naranja de M.M.S. hacia Bole, la siguiente parada también obligada para conocer su longeva mezquita de adobe reforzada con estacas de madera atravesada, "escondida" entre la cantidad de casitas también de barro y hierbajos. Aunque es muy pequeña, detrás han construido una mucho más grande, que es absolutamente una maravilla. Es la segunda más antigua del país. Ofreciendo una pequeña donación se puede acceder al interior. Es realmente pequeña!, apenas caben 30 personas orando. Sus anchísimas columnas soportan un tejado plano en la que se puede subir mediante una estrecha escalinata. Desde arriba se puede observar el patio interior de las viviendas de adobe que la rodean y cómo se desarrolla la vida en ella. En casi todas hay mujeres bateando el cuenco de madera para hacer fufú.
Desde Bole es muy sencillo moverse por el N. del país hasta Wa y su santuario de hipopótamos o girar hacia el E. dirección Tamale.
Tomando esta ruta se llega a Larabanga, un pequeño poblado rural que es conocido por tener la mezquita de adobe más antigua del país. Al igual que Bole, aunque es algo más grande, está abierta para la oración, pero si no se es musulmán no se permite la entrada. Hay que pagar 2cd al Imán. Estos días están realizando reparaciones en el exterior (con el dinero que recaudan).
He querido hacer noche en este poblado para disfrutar de la casa en la que me he quedado. Pertenece a Al Hassan Salia, que junto con su hermano, están haciendo lo imposible por traer mas inversión por parte del gobierno regional a esta zona. No disponen de agua corriente y todo el pueblo lo ha de ir a buscar al río o a un depósito que tienen instalado en las afueras. Todas las mañanas se ve a mujeres y niñas cargando sobre sus cabezas enormes palanganas llenas de agua con extraordinario equilibrio.
Su casa, tradicional, hecha en barro y techo de estacas, como la mezquita y casi todo el poblado, tiene 5 habitaciones y 3 de ellas las alquila -6cd-. Hace de guía a la mezquita sin cobrar, y tiene una moto que utiliza también para traslados al Parque Nacional.
En las afueras del poblado dicen que hay una piedra mágica que en su momento se movía de lugar. La gente se dirige a ella para pedir favores en busca de solución a sus problemas. Como es razonable, me ha parecido una tontería y he decidido no visitarla (encima hay que pagar a un vecino para que muestre el lugar exacto).
He estado pasando la tarde con los muchachos del poblado, afamados por ser unos agobiantes guías que se ofrecen a los "obrunis" para sacar dinero como fuere por cualquier cosa (guía en el pueblo o el Parque, conseguir bebidas, comida, hierba que fumar...). Al quedarme en casa de Al Hassan no me han incordiado en absoluto, pero sí que he visto que son realmente unos pesados busca-vidas, pues éste es un lugar sólo de paso de los viajeros que se dirigen al Parque Nacional de Mole, y sólo se quedan unas horas para visitar la mezquita. Cuando llega el bus de Tamale, que siempre trae algún extranjero, se lanzan como locos en busca de su presa. La mayoría visten bien en comparación con el resto del pueblo. Y todos llevan móviles. Algunos, incluso, ceden alguna habitación de sus casas y de esa manera conseguir también hacer negocio, tanto mostrando algunas casas tradicionales vecinas como comiendo con sus familias.