12 ene 2011

El Vudú Africano

Los africanos desde tiempo inmemorial son muy supersticiosos porque están convencidos de la existencia de fuerzas ocultas de la naturaleza. Son profundamente religiosos a través de divinidades, ritos, sistemas de cultos y una elaborada cosmología mística. Sus viejas tradiciones basadas en prácticas mágico-religiosas se desarrollan en exhibiciones públicas con música, bailes, etc..
Estas comunidades africanas creen en un ser supremo creador del mundo que está por encima de los humanos, de modo que los vivos se dirigen a ciertos espíritus para pedir consejo y protección mediante ceremonias con tambores, bailes y cantos en las que se les ofrecen diversos tipos de sacrificios de animales con el fin de implorar protección. Los sacerdotes se encargan de mediar entre los humanos y los espíritus con el propósito, en ocasiones, de ser poseídos por éstos y recibir protección y sabiduría.
El Vudú (Vodun, Vudun o Voodoo, principalmente en lengua Fon Ewe) es una de las formas religiosas más antiguas que se originó en el oeste de África, hace entre 6.000-10.000 años. Se sitúa en la actualidad principalmente  entre Nigeria, BenínTogo y Ghana y es practicada por distintas tribus como los Ewe, los Fon, los Mina o los Kabye, así como miembros de países centroamericanos y suramericanos debido a los esclavos africanos que fueron llevados a la fuerza a este continente durante la época de la esclavitud, y donde se la ha considerado como una "religión oriunda" de la costa atlántica de ÁfricaLos esclavos vendidos en las Américas desde el s.XVI exportaron en sus mentes hasta allí sus creencias espirituales y al regreso (s.XVIII - s.XIX) trajeron numerosos elementos y prácticas Yoruba, Congo... mezclados con el catolicismo y costumbres nativas.
El significado africano de la palabra vudú es “Espíritu o Misterio” y su idea originaria era la de sanar espiritualmente. Los practicantes del vudú describen su religión como "la búsqueda de sus raíces ancestrales" y la utilizan para hallar la sabiduría a través de la consecución de un nivel superior de conciencia.
Muchas de las prácticas y descripciones de esta creencia podría sonar a algunos desinformados como actos de superstición y magia negra. Pero es tan real como las principales religiones del mundo. Ha sido y es muy criticada por quienes ignoran su existencia. Aunque no sea considerado religión por algunos, sí lo es para otros muchos pues es el medio de relación del humano con sus antepasados a través de un sacerdote y la naturaleza, que es el medio-ambiente alrededor de ellos. Es pacífico si lo comparamos con los extremistas cristianos, musulmanes o budistas que oímos constantemente en los medios. 
La religión Vudú es una religión animista que cree que entidades no humanas son espíritus o seres divinos, o al menos participan o son poseedoras de principios o potencialidades divinas. Se asocia a fuerzas naturales o ancestros. Es lo Misterioso lo Oculto. En su visión, el mundo está hecho de cuatro elementos principales: fuego, aire, tierra y agua.
Al ser ofrendados los espíritus, éstos se apaciguan y las comunidades lo realizan a alguno en concreto para recibir su protección diaria. A veces "le montan un pisito" para que viva en su interior. Muchas casas, por ejemplo, a la entrada tienen un lugar específico para el espíritu.
Los vuduístas son mayoritariamente individuos de media y baja capacidad económica, social y cultural, aunque en muchos lugares ocurre que personas de clases media y alta con cultura occidental u occidentalizada mezclan sus antiguas tradiciones con creencias cristianas o islámicas a las que se han convertido, viviendo muchas veces en ambas esferas religiosas y practicando ya en público o en privado aspectos tanto de una como de otra.
El dios supremo es Mawu (dualidad divina/hombre-mujer/pareja o gemelos: Mawu-Lisa) que está ligado con la creación junto a un conglomerado de semidioses o espíritus menores (loas) que son étnicamente específicos a sus seguidores y como parte del mundo espiritual que habita en el antepasado. Sus seguidores tienen una amplia espiritualidad, así como de cultos a través de cantidad de intermediarios divininos como: Heviosso, Dagbe, Tolegba..., que son figuras que representan a cada una de esas divinidades. 
Dios se manifiesta a través de los espíritus de los antepasados que pueden traer el bien o dañar y, por lo tanto, deben ser horados adecuadamente en ceremonias. 

El Animismo se parece al Vudú (también Vodu/Vodoom, diferentes nombres para evitar la mala reputación impuesta por las religiones de "la competencia", como el cristianismo, protestantes, adventistas, islam...) porque se fundamenta igualmente en la existencia de un dios superior que se manifiesta por medio de dioses menores -sometidos a su voluntad- que representan las fuerzas de la naturaleza: la Selva, los Caminos, las Cosechas, la Fertilidad, el Rayo, el Viento, las Aguas, el Fuego... y mucho de esos dioses son representados también por animales: el León simboliza el coraje, al Rey, al Chief, al Valor, al Poder...; la Rata es la prudencia, pues en su madriguera siempre construye otro agujero de escape; la Tortuga es la Sabiduría, pues no necesita de nada y lleva siempre su casa a cuesta; la Gacela es la rapidez; la Serpiente la longevidad; la Liebre personifica la agricultura porque siempre recolecta zanahorias; el Mono es la agilidad; el Cocodrilo es el Rey de los dos medios: Tierra y Agua, etc..
El animista cree que no hay separación entre el mundo material y el trascendente, por lo que rocas, montes, plantas, animales, fenómenos atmosféricos y demás entidades materiales tienen un alma o un espíritu, o representan a dioses y espíritus de distintas categorías dentro de la jerarquía trascendente.
La Muerte es un viaje que emprende el alma, separa al hombre del cuerpo, el espíritu permanece en la tierra y el alma es inmortal. Nacer en la tierra es desarrollarse, elevarse y regresar al gran dios enriquecido por las experiencias adquiridas en un cuerpo humano. Dios/cuerpo perecedero/espíritu que permanece (y al que invocan)/el alma (mediante una vida correcta se eleva enriquecida con la consciencia). Es "el alma" de la que hablan todas las religiones.
Las bases del Animismo son el naturalismo y el tribalismo. Es por ello que desde su teología, su panteón de dioses y espíritus subordinados al dios padre o supremo, desde su mundo de los antepasados o ancestros con características mágicas y también divinas en conexión con la familia, y con toda la variedad de curanderos, adivinos, médiums, sacerdotes, hechiceros y brujos, fusionado a la unidad de vida entre lo natural y lo sobrenatural, con apenas línea divisoria, se puede entender su código moral y su ética, la ética del vudú.
Los espíritus gobiernan toda la naturaleza. Sus dioses están muy jerarquizados y dominan todas las fuerzas de la naturaleza, las rocas, los árboles, las corrientes de agua, los lugares, los cruces de los caminos, pero también las naciones, las tribus, los clanes y a las personas individualmente. Incluso los muertos dentro de la familia siguen también viviendo con los vivos y entre los vivos, a los cuales se les puede pedir ayuda y colaboración. 
La completa naturalidad con la que el practicante del Vudú se mueve en el mundo que le rodea y con el que convive le lleva a un continuo trato de petición e intercesión con los espíritus, de ahí que haya sido tan fácil la asimilación de estos espíritus con los santos católicos en la formación de la santería y otras corrientes similares en las Américas.
En el panteón vudú el dios principal es un dios padre-madre, andrógino, el dios creador de todo, que tiene por debajo de sí multitud de dioses menores pero muy poderosos llamados Loas o Lwas (Orishas para los yorubas y la santería). 
El dios creador es Mawu, o Nana Buluku, y sus dioses hijos son los encargados de los distintos lugares y territorios así como de las distintas expresiones naturales. El dios creador andrógino tiene dos manifestaciones o expresiones: como Mawu es el aspecto femenino, y es la Luna, mientras que como masculinidad se asocia al Sol y se le denomina Lisa. A veces ambas expresiones son recogidas en algunas tradiciones como los hijos gemelos del dios creador.
Y como resultado, el vudún básicamente tiene un infinito numero de deidades o espíritus. Entre los que he visto de momento:
Avlekete, hermana de Hu, adorada cerca del puerto de Cotonou y pueblos cercanos.
Buku, se asocia al Cielo.
Dangbe (la sagrada Pitón) se asocia a la vida, la eternidad y el movimiento.
Eshu el mensajero entre los dioses y los hombres, mantenedor de las relaciones entre ambos mundos, y por lo tanto el dios que regula el orden y la paz.
Gu, guardián del hierro, las armas y la guerra, encargado de las aguas, también asociado con el Cielo.
Heviosso (también So), espíritu del trueno, con el poder de machacar a los profanadores.
Hu, conectado con el Océano y el Agua.
Iroko, árbol sagrado que se cree está habitado por su espíritu y se asocia a la fertilidad y nacimientos. En sus raíces se ofrecen los sacrificios.
Legba (también Tolegba), actúa como intermediario entre los demás dioses hermanos suyos y el dios creador padre-madre. Su imagen se asocia a la reproducción (falo enorme) y contiene elementos de lo bueno y lo malo. Vamos, que en cualquier momento "se puede revirar". Aunque puede traer mala suerte a la casa también, puede espantarla si se le trata "amablemente". También el tramposo, el embaucadorSus altares se encuentran por todas partes: entrada principal de los mercados (como el Vodún Aizam que es el protector del mercado de Ouidah), de las casas, los campos, los cruces...
Sakpata, identificado con la tierra (cosechas) y los altares, protector de las enfermedades. Sus sacerdotes son conocidos por sus "habilidades médicas" y conocimientos de plantas medicinales.
Los Jujus son sacerdotes (Voodounons / Houngans), hombre o mujer, susceptibles de influencia vudú, fácilmente poseído o guiado, y que pueden exhibir sus emociones a través de un humano por medio de un ritual que a menudo está envuelto de sangrientos sacrificios -cabras, perros, gatos, gallos, palomas...-, aunque otras veces se ofrenda con aguardiente local, comida, especias, velas, regalos... Son consultados por su poder de comunicación con un espíritu particular, y busca interceder con ellos. 
En tanto que en todo está lo divino, los rituales vudús también están llenos de elementos naturales, plantas y animales como ofrenda a los dioses/espíritus, y así es su acontecer cotidiano, en la salud, en la enfermedad, la vida y la muerte. 
El fetiche (talismán) es un objeto ordinario al que se le atribuye algún poder sagrado. Puede ser un saquito con piezas varias en su interior amarrado en alguna parte del cuerpo, figuras, estatuas o partes de animales que han sido disecados cuya misión es la de proteger y ayudar en casos de necesidad, enfermedad, heridas, o para mantener la salud y el vigor. Se pueden comprar en puestos concretos de los mercados. El vendedor de fetiches despacha lo que el médico/sacerdote ha pedido para poder realizar las prácticas curatorias concretas.
Un Bokor es un brujo que dicen "sirve al Loa (espíritu) con ambas manos", es decir que practica tanto la Magia de Luz (blanca) como la Magia Negra, que incluye la creación de zombis y la creación de talismanes que albergan espíritus (ouangas)Suelen ser elegidos desde el nacimiento, y se cree que tienen un gran poder (ashe). Pueden ser buenos o malos aunque se los considera como la versión malvada y demoníaca del Houngan (sacerdote), manchando y desprestigiando la parte positiva del vudúTrabajan con almas o espíritus que son capturados y confinados en un fetiche creado para mejorar sus poderes. Sus rituales y ceremonias divergen del vudú tradicional, y cada bokor tiene tiene su propio esquema de ceremonia, aunque casi todos se someten a la influencia de los demonios (!). Son capaces de hacer hechizos contra enemigos para cumplir una venganza, pidiendo incluso la muerte. En la región del Congo puede referirse al líder de la división Makaya del vudú.
La expresión ética de los vuduístas se manifiesta con reglas morales para mantener la comunidad, una ética comunitaria de honra y deshonra, generosidad y codicia, ayuda y solidaridad. Se castiga la difamación, denigrar a la propia familia, al clan, robar la mujer de otro o impedir injustamente a alguien cultivar la tierra, entre otros aspectos, siempre ligados a la naturaleza, la tribu y la unidad terrestre-celeste.
Los practicantes del Vudú en Nigeria son aproximadamente 14.000.000, un 10% de la población. En Togo la mitad de la población sigue religiones tradicionales africanas, siendo el Vudú la de mayor alcance con 2.500.000 seguidores. En Benín son alrededor de 1.000.000, o sea, el 18% de la población. Otro millón de vuduístas hay en Ghana, país de 23 millones de habitantes. Y sólo contabilizando el Vudú, no otras religiones tradicionales africanas muy presentes en estos países. 
Por otro lado, las encuestas en la población de estas regiones afirman que los que se catalogan como cristianos muchas veces son practicantes sincretistas tanto del cristianismo como de las religiones africanas, ya sea Vudú u otra religión animista tradicional.

Durante la época colonial europea en los países africanos se intentó suprimir el Vudú y las demás religiones tradicionales africanas. No obstante, la fuerte inserción en su mundo cultural y familiar ha hecho imposible esta desaparición. Hoy en día es creciente la restauración de este culto en todos los países que lo practican, habiéndose celebrado en 1991 en la ciudad de Ouidah (Benín) la primera Conferencia Internacional de Vudú. Este dinamismo del vudú también se está viendo seguido por las religiosidades nacidas de él, como todas las formas del mismo o de la santería, que están viviendo una nueva expansión en las zonas del norte, centro y sur de América.
En Haití el 80% de la población es católica y el 16% protestante. Se considera que el 50% practica el vudú, en una población es de casi 10.000.000 de habitantes. En Puerto Rico es de menos del 1%, sobre una población católica en el 85% y 8% protestante, con 4.000.000 de habitantes. En República Dominicana los seguidores son alrededor del 1% o menos incluso, sobre una población con 87% de católicos y 4% de protestantes en un total de casi 10 millones de habitantes. El estado de Luisiana, con 4 millones y medio de habitantes, es católico en un 28% y protestante en un 60%, siendo el porcentaje de seguidores vuduístas aproximadamente el 3%.
En definitiva, se puede hablar de alrededor de entre 20 y 25 millones de seguidores de vudú en todo el mundo.