27 ene 2011

Tan solo de paso

El llegar hasta Djougou me iba a resultar muy agotador pues está a bastantes horas de trayecto y he pensado hacerlo en varias etapas.
Dassa-Zoume y Parakou, son dos ciudades intermedias para seguir avanzando dirección N. y no resultarme pesado el trayecto ya que la única manera de moverme más rápido está siendo en taxi colectivo.
En Dassa-Zoume visité varias de esas colinas de granito, algunas de ellas sagradas, con la ayuda de un guía que encontré de casualidad intentando acceder a ellas.Dicen que en esta zona hay 41 colinas (nuevamente el numero sagrado), y los pobladores han adaptado sus viviendas a la disposición del terreno. Sobre el pueblo destaca la cima del Monte Oke-Egnite con vistas a muchas otras colinas y los bosques de los alrededores. Fue la colina de un rey que en su momento gobernó de una manera muy "light", pues se mezclaba con el populacho sin que lo detectaran, y al final los habitantes se vieron forzados a "obligarle" a vivir en ella, quedándose en una cueva natural y que ahora hay un templo en su memoria. Junto a ese recinto varios templos guardan piezas sagradas como figuras de madera o piedra, cráneos y huesos de animales. Las vistas desde la parte más alta son extraordinarias, cuando no sopla viento del harmatan, evidentemente.
Llamativo es, igualmente, la Piedra del Pez, un conjunto de grandes piedras donde destaca una sobre las demás con forma de pez redondo.La religión católica también tiene su participación natural en una serie de 13 santuarios escondidos entre las rocas cerca de una gruta en la que se cuenta que apareció la Virgen María y es ahora lugar de peregrinación anual. Tal "milagrosa aparición" dio paso a la construcción de una gran Basílica.
A 15km se encuentra la Colina del León, en Sesenga, un pequeño poblado bajo ese enorme pedrolo de granito que desde lejos refleja exactamente la forma de un león recostado.
Aunque me levanté al siguiente día temprano, tardé muchas horas en salir de Dassa pues había mercado en algún pueblo cercano y nadie viajaba dirección Natitingou o Djougou, mi siguiente parada. En el momento que un taxi colectivo llegó para dejar un pasajero pregunté si se dirigía hacia mi destino y me dijo que si, por lo que tomé mi mochila y la llevé al maletero. En ese momento apareció alguien que tenía su coche aparcado en la estación y parece ser que "inesperadamente" debía de salir. Creo que al no encontrar a nadie más no permitió que me llevaran, y él mismo se ofreció transportarme a mí solo. Me pareció una idea estupenda si sólo pagaba un asiento. Durante el trayecto fue recogiendo a más pasajeros que más tarde se iban quedando en diferentes pueblos que íbamos pasando, y así hasta llegar a Parakou.
Esta ciudad fue muy importante por ser paso obligado de las caravanas y por el gran mercado de esclavos que procedian del N.. La ciudad creció inicialmente a partir de los ingresos generados por los comerciantes que pasaban los productos de la región a través del Sáhara y el Mediterráneo a Europa, sirviendo también como una importante parada en la distribución de productos en todo África. Más tarde, los comerciantes se concentraron en el algodón y aún sigue siendo el centro del comercio del algodón de todo el país, con un interés considerable por parte de Europa.
El nombre de Parakou se deriva de la palabra Dendi que significa "la Ciudad de todo el Mundo", llamado así por la diversidad de etnias que hasta aquí se acercan hasta el Grand Marché Azeke, uno de los mayores mercados de Benin. Comunidades como la Bariba, Berba, Dendi, Djerma, Hausa, Fon, Fula, Gun, Ibo, Kabrais, Mina, Nagot, Somba, Tuareg, Warma y hasta los Yoruba. Es un mercado internacional que abarca más de un bloque, tiene una cubierta sobrepuesta a varias calles y puede albergar hasta casi 1.000 vendedores. En él se vende una enorme variedad de artículos de cerámica como jarrones y cuencos, de productos Textiles de algodón, Casetes y CDs de artistas locales e internacionales, Utensilios chinos de cocina, Especias locales, Frutas, Verduras, varios pequeños puestos de comida y de la especialidad del lugar: Wagasi (queso de leche de vaca), Costureros, Ferretería china....
Un poco más al norte hay otro mercado llamado "Marché Kobo Kobo", que se encuentra cerca del Centro Cultural Francés. Este otro es conocido por la venta de prendas de vestir usada, cientos de productos de segunda mano y en una sección de la misma, se vende también ganado. Y otro aún más pequeño, el Guema Marché, ubicado junto a la Iglesia Guema en la salida norte de la ciudad hacia Malanville en el barrio Albarika, fundado por la tribu Somba de Atacora, se lleva a cabo todos los domingos a partir de las 10 de la mañana. Este mercado tradicional se compone de un pequeño grupo de chozas de paja que se especializa en carne de res y de cerdo y sus paisanos alegran las compras -y las ventas- bebiendo la cerveza local de mijo conocido aquí como Choukochou o simplemente "chouk", de la misma manera que el Choukutu de Togo.
Su mezquita se caracteriza por ser una estructura parecida a la de una fortaleza con torretas. Sus ventanas tradicionales de color rojo destacan en toda su fachada. Refleja la importancia que el Islam aquí tiene, de hecho, alrededor de la mitad de la población es musulmana. Si embargo algo me sorprendió, y es que hay un número significativo de fervientes católicos -aproximadamente un tercio de los habitantes-. Se aprecia principalmente en el mercado más que en la calle.
Me quedé en el hotel Alafia (7.500cfa) junto al Grand Marché, y aproveché para descansar un día y pasear por esta tranquila ciudad conocida además por sus excelentes maquis (restaurantes tradicionales) y buvettes (pequeños bares).