Niger tiene muy pocas atracciones turísticas que ofrecer, es muy seco, hace un intenso calor, muchos lugares de fácil acceso no son escénicos, el transporte es caótico, lento y frustrante. Pero es su gente la que lo hace ser diferente. El amplio y extenso desierto habitado por tribus nómadas siempre en movimiento en busca de pastos para sus animales es dramático. Las migraciones debido a problemas políticos o de inusuales sequías han mezclado los diferentes grupos étnicos pero éstos han continuado con sus tradiciones y costumbres arraigadas.
Se identifican entre ellos por su aspecto: ropajes, marcas faciales (boca, mejillas o sienes), tatuajes, escarificaciones o profundos cortes en la piel.
Los pueblos son pobres pero su gente son amables e interesada en conocer a los extranjeros. Y lo peor con lo que me he encontrado ha sido algunos niños que con sus travesuras e insistencia pueden hacer perder la paciencia a cualquiera. Pero peor más aún, algunos padres los mandan a pedir dinero al extranjero que en ese momento pasa por delante de su vivienda.
Depende de a ayuda extranjera de alimentos y divisas y por lo tanto proclive a la corrupción por parte de los políticos y ciertos avispados comerciantes, y eso lo saben los ciudadanos, lo que hace al país altamente inestable. Hasta hace poco caminar por algunas de sus calles principales por la noche, incluso en ocasiones por el día, no era recomendable. Muchos extranjeros que trabajan en Niamey emplean guardias de seguridad las veinticuatro horas del día en sus casas. Muchos de los bancos tienen varios militares custodiando sus instalaciones.
Incluso zonas fronterizas de Libia, Argelia o Mali estaban controladas por los tuaregs ávidos en darle caña al gobierno como resultado de los problemas en el norte del país. Aprovechando la debilidad del gobierno algunas pequeñas bandas de Al-Qaeda en el Magreb Islámico (A.Q.M.I.) se ha introducido en el negocio de los secuestros de extranjeros.
Al sur, entre Maradi y Zender, frontera con Nigeria operaban otras bandas de delincuentes armados que robaban a cualquiera que pasara por su zona. Incluso varias guaguas a la vez. Aunque un golpe de estado podría ocurrir en cualquier momento, parece ser que la cosa ahora está mucho mas tranquila. Por eso he decidido incluir Níger en este viaje, que continuaré al que dejé a media hace seis meses. En ningún momento me he sentido vigilado ni nadie se me ha acercado con raras intenciones. Suerte? No es época de turismo?. No visto con ropa ni objetos llamativos?. He perdido mi cartera con dinero y la tarjeta Visa, pero ha sido negligencia mía. A cualquiera le podría ocurrir en su propio país.
Por otro lado, las noticias que corren de este país es que es muy peligroso. Y es precisamente Francia la más interesada que éste país y su gente no evolucione. Es de los menos desarrollados, y estos últimos gobiernos no le han seguido la bola por lo que intentan por todos los medios presionar para que sigan dando juego de millonarios contratos por seguir expoliando esta parte de África. Y ahora China, que continúa abriendo mercado e invirtiendo lo que no se puede contar para seguir igualmente aprovechándose de los más pobres.
Durante todo el viaje me preguntaba la gente porque no he aprendido a decir cosillas en su idioma. Y la respuesta siempre ha sido la misma: IMPOSIBLE!!. El Hausa es ampliamente hablado, principalmente, al Sur del país entre Dogondoutchi y Zender. El Tamashek es la lengua del Norte -o en cualquier otra parte donde haya Tuaregs-. El Djerma se habla al Oeste. Seis más es posible encontrar por otros lados, dependiendo de las etnias... Peúl, Bororo, Fulfude... ¿Cómo lo voy a aprender?
Las carreteras nigerinas, casi todas construidas con ayudas internacionales son en la mayoría de los tramos absolutamente rectas ya que atraviesan largos recorridos entre pueblo y pueblo, o ciudad, en un amplísimo país. Atraviesa hermosísimos campos de extensa arboleda -aunque hay muchas partes bastante esquilmada a causa de la búsqueda de madera para realizar fuegos para las casas-, plantaciones de sorgo, o millo, y casi todo está bastante verde pues está concluyendo la temporada de lluvias. Muchas están en buen estado, salvo algunas partes que están completamente destrozadas, o en construcción y sin terminar desde hace algunos años, o atravesadas por arenales. Las rutas que he considerado más importante de realizar ha sido entre Niamey-Maradi-Zender-Agadez-Abalak-Niamey siendo de las mejores pero con trayectos de muchas horas de pesadísimas guaguas o minibus. Unas guaguas que si no son climatizadas son un auténtico sufrimiento por lo mal que se encuentran y sobre todo por las inconvenientes horas de salidas: casi todas a las 5 de la mañana, aunque luego haya que esperar hasta una hora para comenzar el trayecto debido al absurdo control de pasajeros que llevan los trabajadores de las compañías. No son baratas pero llegan a cualquier parte importante del país. El resto de las rutas lo hacen los minibus, los 4x4, los Peugeot 504 y 505, o las camionetas o camiones donde los pasajeros se sientan en su parte trasera, acumulados como pueden entre los enormes bultos. Aquí el sol sí que hace de las suyas sobre unos sufridos pasajeros que no tienen mas remedio que aguantar. Las carreteras secundarias son casi todas de arena, a veces sólo para 4x4 o algunas motos cuyos conductores deben ser buenos "todoterreno". Me he movido muchos kilómetros en moto con mi amigo Aghali, un kabu-kabú de Agadez, habremos realizados cerca de 500kms entre todo tipo de carreteras y fue extraordinariamente agotador. Ha sido la única manera de ahorrar, no utilizando 4x4, y de esta manera evitar la obligación de tener que contratar un grupo de militares que me acompañe como medida de seguridad impuesta por el gobierno nigerino a todo extranjero que quiera visitar el centro-norte del país.