11 oct 2011

Esperando todavía al barco

Es una lástima que esté perdiendo tantos días aquí a la espera de la llegada del barco que se dirige hacia Tombuctú, ya que este incidente me ha trastocado los planes que tenía pensado, pero por otro lado me está dando otra visión de la vida familiar de estas gentes con la que estoy conviviendo.
El resto de los días los he pasado moviéndome con Zahàra por la ciudad y visitando a otros familiares. También he podido descansar de tanto agotamiento que traía de las tres semanas que he pasado en moto en Niger, echándome las siestitas pertinentes en los momentos que más calor ha hecho. Como en Agadez y en Abalak, el cántico de los muecines (que no hay manera que se pongan de acuerdo a la hora de comenzar la llamada a la oración) desde las mezquitas cercanas me ha despertado sobre las 4:30 todos los días, y pone en pie a la mitad de la familia, que suelen levantarse a las 5. A las 6:30 están todos en acción lavándose, preparando el té o moviéndose de un lado a otro. A diferencia de cuando me quedo en los hoteles que apenas me entero de los cánticos y me levanto sobre las 9 o 9:30.
Son musulmanes practicantes moderados y viven el Islam como el profeta ha inmortalizado en el Corán, a tope. Se extrañan y no me comprenden cuando les digo que no rezo, ni voy a misa, ni creo en ningún dios. Soy el auténtico "Infiel en persona", pero eso no los ha frenado para que se desvivan conmigo. Todos me saludan muy amablemente.
Zahàra tiene una moto, al igual que muchos habitantes de Gao, pues es el medio más económico para trasladarse por la ciudad -a la vez que son muy baratas-, y nos estamos moviendo bastante por la ciudad para visitar lugares tan interesantes como el Mausoleo de los Askias (final del s.XV), declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2004, una edificación construida en "banco" (adobe) de estilo Saheliano. Es una torre piramidal escalonada articulada en tres niveles distintos con una altura de aproximadamente diez metros, que recuerda las antiguas mastabas, atravesada por enormes estacas de madera, situada en el centro de una explanada cercada por muros de algo más de dos metros de altura en el que uno de ellos alberga la mezquita. Dicen que fue una copia de la pirámide de Egipto cuando el primer emperador Askia, Mohamed I, las vio en una peregrinación que hizo a la Meca en 1945 y se dice que está ahí enterrado. En la memoria local éste vive como un héroe mitológico importante. En un plano casi cuadrado de aproximadamente 14 por 18 metros, las cuatro caras están alineadas de acuerdo con la dirección cardinal, al igual que las paredes exteriores de la mezquita, de anchos pasillos con cantidad de columnas. En el exterior se encuentra un pequeño cementerio donde hay otros askias enterrados. Subir a lo alto, que en sí es su minarete, para observar desde lo alto la tranquila ciudad o ver la duna Rosa (koïma), una enorme montaña de arena visible en la otra orilla del río a casi siete kilómetros y accesible en canoa, es algo que no hay que dejar pasar.
Otro día me acompañó al Museo (1.000cfa) que tiene algunas cosillas interesantes como la exposición de dos casas tradicionales, vestimenta de los songhais y tuaregs, utensilios de trabajo, artes de pesca y embarcaciones tradicionales, cestas, trajes de la región, algunas pocas joyas y una amplia y sencilla explicación de todo lo que se encuentra en su interior.
Durante este tiempo de estancia les he estado dando algo de dinero a la familia para que compren comida, y a Zahára para que fuera echando combustible a la moto que "todos cogían" y con la que nos movilizamos por la ciudad.
Anoche debería haber salido el barco desde Gao hacia Tombuctu, pero ha llegado algo tarde y se ha retrasado la salida hasta esta noche a las 20:30. He pasado esta mañana por el puerto donde se encuentra el barco y hay bastante movimiento de mercancías y de gente, ya que el mercado (Grand Marché) también se encuentra al lado, y donde cantidad de mujeres y niñas atienden sentadas en el suelo que compradores vengan a llevarse la escasa cantidad de pescados que exponen. Desde los mas pequeñines -imposible de degustar una vez cocinados- que servirán para hacer salsas, hasta enormes Captaines, el pescado posiblemente mas exquisito del río.
Si todo sale bien llegaré a las 6 de la tarde del miércoles, y esta vez cualquier otra nueva aventura puede volver a ocurrirme...