La salida de la capital la hice igualmente con la compañía Rimbo Transport ya que se encuentra muy cerca de la Village Chinoise donde me he quedado y aunque sus salidas son desde muy temprano (05:00) suelen pasar algunos taxis compartidos -cobran el doble por la noche- como para llegar a tiempo a la convocatoria de pasajeros -normalmente 30min. antes-.
En la pequeña estación de guaguas que van hacia el oeste del país ya había un buen número de pasajeros esperando junto a dos, algo viejas, que indudablemente indicaba que climatizadas no eran. Nos fueron llamando uno a uno y a mi me tocó sentarme detrás del chófer y con suficiente espacio como para colocar mis dos mochilas. Una vez todos dentro, el tiempo de espera se fue haciendo cada vez más agobiante bajo el tremendo calor que generábamos, ya que tardábamos mucho en salir. Una vez arrancamos, aún de noche, íbamos a tope de pasajeros y bártulos de todo tipo aunque no todos se dirigían a la frontera, ya que algunos se fueron bajando durante el camino. El bus se detuvo en el edificio de inmigración nigerino para que los pasajeros formalizaran su salida del país. Un agente esperaba delante de la puerta que fueran bajando todos para recoger sus documentos. Una vez tramitados llamaban a cada uno para devolvérselos, a cambio de entre 1.000/1.500cfa según le diese al agente. Uno de ellos me llamó y me llevó a una habitación donde a solas me dijo que la consular de Burkina que me había hecho el visado había tenido una falta de ortografía y me pidió explicaciones...(?). Me estaba insinuando su posible falsedad!. Como eso es algo que no era mi culpa, según tuve que explicarle, entre sarcásticas risotadas, seguidamente no se le ocurrió otra cosa que requerirme un "permiso" emitido por mi empresa de trabajo para justificar que estaba de vacaciones!!. Flipaaaante!!. La primera vez que oía eso en todos mis años de viajes. Pues el nota iba en serio, y me envió hacia el oficial jefe para que yo personalmente le explicara porque no lo tenía. ¿Pero como voy a viajar con un permiso que me autoriza a estar de vacaciones?. Pues sí. Eso les garantizaba que yo no era un "ESPíA" en su país!!, según el oficial. Veinte inciertos minutos discutiendo absurdamente con alguien que posiblemente querría sacar una buena tajada de un guiri bastante confundido. La conversación se hizo mas tensa cuando le insinué que eso sólo se ve en las películas americanas... No le hizo puta gracia. A mí tampoco cómo se puso. Y de suerte que metí en su momento entre mis papeles una copia escrita de las guardias que los compañeros me han hecho y los días de permiso que había pedido, para que no se me olvidase a la vuelta, y que me sirvió esta vez de "documento oficial", aunque estuviese en español y escrito a bolígrafo. Estaba claro que no lo iba a entender, pero pasó. La próxima vez que viaje le diré a mi mamá que me firme una autorización para viajar solito por el mundo, con una foto enmarcada de mi familia que diga: "Te esperamos mi niño".
Continuamos el camino hasta el siguiente edificio de inmigración de Mali, a varias decenas de kilómetros y nuevamente se repetiría la historia. Parece ser que les ha ido bien esta táctica corrupta. Pero ya fui a tiro hecho y les mostré la hoja a la primera. Ni siquiera lo miraron. El oficial con expresión defraudada me entregó la hoja y me permitió subir al bus con el sello de entrada impreso en mi pasaporte.
Algunos pasajeros me dijeron que volvieron a pagar a los oficiales, y Zahàra, una joven que se sentaba en el asiento de la otra banda me dijo que esto es habitual en estos países. Y era cierto, pues ya lo había comprobado cuando entraba a Niger desde Burkina hace un mes. Y se extrañó que no me hubieran cobrado "algo", en ningún momento de mi viaje. La corrupción está generalizada en todos estos países, aún estando ampliamente publicitado por enormes pancartas en todo Niger que "había que luchar contra ella". Y sus mismos funcionarios, quienes escribieron eso eran los primeros en incumplirla!!
Durante el trayecto hacia Gao, Zahàra me invitó a quedarme en casa de su familia durante la espera de la salida del barco que va a Tombouctou, mi siguiente destino, y así no pagar los altos precios del camping donde tenía intención de quedarme, y que se encuentra a varios kilómetros del centro de la ciudad. No me pareció mala idea después de la pasada experiencia en Agadez, aunque perdiese completamente mi intimidad y mi libertad de movimientos ante una familia que se alegró de tenerme como uno más. Aunque la "seria" expresión de alegría de esta gente es muy difícil de entender para nosotros en estos países africanos. Sobre todo la de las mujeres.
Y así lo estoy viviendo, con una familia de muchos integrantes y durmiendo igualmente en el patio central, de arena dura, en una edificación tradicional de ladrillos de barro y hierbas (banco) con varias habitaciones distribuidas alrededor del mismo. Otros duermen en la calle o suben al techo de alguna de las habitaciones a dormir por las noches. En una habitación hay un agujero en el suelo que hace de retrete y ducha. Otro baño, pero al aire libre, se encuentra en el otro extremo del patio. En el centro se encuentra el grifo comunal de agua corriente y dos pequeños árboles dan algo de sombra mientras preparan las comidas, lavan o se sientan para charlar. Cuando el calor de medio día es más fuerte se trasladan al soportal de entrada, que es una especie de zaguán donde corre el aire bastante fresco, echan las esterillas al suelo que es de arena, como en la calle, y se tumban a dormir, comer o tomar té.